Poema nueve
Sentada al borde de la terraza
ves desfilar tus próximos
cinco minutos;
es allí donde acaban tus recuerdos.
Un barco de roca verde
encallado en la playa
con las velas dormidas;
es allí donde palpitan tus amantes.
Guijarros pulidos, blancos
abandonados en el páramo
donde solo pervive el viento;
es allí donde nacen tus gentes.
Una manada de elefantes
cruza a la sombra de tus pies
con el paso de los abandonados;
es allí donde corretea tu mirada.
El apetito de tus oidos
colma cada objeto que nombrás
como si acabaras de descubrirlos;
es allí donde descansa tu cuerpo.
Una mosca ansiosa
danza sobre la llanura de tu vientre
olvidada de vos y de todos;
es allí donde hablan tus manos.