Desde el 22/10/07 éste blog se mudó hacia Wordpress. La dirección de acceso actual es: unextrano.wordpress.com Le decisión de moverme a Wordpress, es solo estética. Me da la posibilidad de tener un diseño más prolijo y profesional. Por supuesto se mantienen todos los post que se publicaron hasta ahora, y lo mismo ocurre con los comentarios: continúan publicados. Pero todas las nuevas entradas irán apareciendo en el nuevo sitio.

Gárgaras bajo el agua

Me encuentro aturdido por el retroceso que existe en el lenguaje hablado.
Estoy comprobando, día a día, que la gente habla cada vez peor; no me refiero a comerse las eses, o utilizar un vocabulario soez, nada de eso. Hablo del uso de un lenguaje cada vez más restringido por un lado; y por el otro, a una degradación profunda de la sintaxis.

Noto que en general se tiende a hablar del mismo modo que se lo hace en la televisión. El lenguaje parece estar acotándose un poco más cada día, y el modo en que se construyen las frases parecen desafiar toda lógica.


El castellano es, quizás, uno de los idiomas más ricos y complejos que existen; pero lo estamos denigrando y logrando que pierda su poder expresivo. La riqueza de los modos verbales es tal vez uno de los distintivos del castellano; ¿por que decir
yo salgo a la calle, cuando puede decirse de un modo más simple? Nombrar el pronombre personal no es necesario en castellano, tanto el tiempo verbal como la persona se encuentran implícitos en el verbo conjugado; ¿acaso no es más simple decir salgo a la calle?

Existen otros horrores con las conjugaciones verbales: pocas cosas me fastidian más que escuchar que alguien, no solo coloca a la fuerza los pronombre personales en medio de su discurso, sino que se tienden a decir en cualquier lugar de la frase, en especial en los peores:
salgo a la calle, yo.

Y esta degradación de la palabra hablada viene de la mano de una desvalorización de la misma. La cantidad de palabras que utilizamos va recortándose día a día, mientras abusamos de un modo indiscriminado de los adverbios de modo; palabrejas que tienen como única finalidad empastar la narración. En un texto escrito la simple aparición de uno solo de ellos es un pecado mortal; en el uso del castellano hablado, se podrán tolerar uno cada tanto; ¿por que abusamos de ellos aburriendo a cuantos nos escuchan?

Lo sé. Estoy poniéndome pesado. Es domingo; apenas al límite de las 22 horas, y me encuentro con un humor de perros. Decidí escribir lo anterior luego de una tonta discusión en la que terminé siendo el tonto; aquellos que poco a poco recortan el lenguaje, y tras esto cercenan sus posibilidades expresivas me observan como si fuera un loco o un idiota: es evidente que acotar el lenguaje también nos acota los límites de nuestra intelectualización. No soy lingüista; ni psicólogo; ni licenciado en letras; pero sospecho que lentamente estamos acortando la distancia a la que pueden viajar nuestros pensamientos.