Poema catorce
Gritás
para acallar el estallido de tus pasos;
corrés sin descanso,
sin un adonde
sin un destino,
sin razones verdaderas.
Buscás a tu alrededor
las excusas que querés decir,
y vos sos la causa de tus faltas,
encerrándote en tu cuarto de mentiras.
Deberías buscar en otro sitio,
tal vez dentro tuyo;
bajo la piel,
tras los músculos,
hasta llegar al hueso;
¿porqué no te abrís en canal
frente a los que decis querer?
Tal vez así puedas mostrarles
como sos en realidad.
Me asqueás.
Mas te valdría no estar aquí;
siempre remendando
los ropajes de tus recuerdos.
Recuerdos falsos,
promesas falsas,
la falsedad como disfraz
para protegerte de quienes te quieren.
¿Porqué no decirles “te quiero”?
Quizás sería preferible tu muerte;
a continuar con tu eterna carrera
sin un adonde
sin un hasta cuando.
Destruyendo a quien se acerque,
no podés detenerte.