Poema doce
Te alejás
-pero puedo recorrer
las sendas de tu piel-
Te alejás
-pero el aroma de tu cuerpo
abraza al mío-
¿Por qué decir adiós?
¿Por qué sacarte de mi vida
si me robaste todos los sueños?
Aguardo el momento,
ansío el instante en que me despreciarás otra vez:
no puedo evitarlo
¿Cuanto vale amarte?
El precio es mi angustia,
mi falta de impulso,
mi ceguera dee cara a las palabras de los otros.
Te alejás
-pero nunca estuviste a mi lado-
Callás ante mis palabras
-y tu silencio colma
los resquicios de mis fantasías-
Desearía no creer en nada
en nada de aquello que decís o hacés.
El breve toque de tus manos
no hace más que lacerarme
descubrir tu mirada en mí
me colma de miedo:
miedo hacia mí,
miedo por reconocerme rechazado,
aguardando por una hora que nunca arribará.
Pero no estoy seguro de nada.